tajikistan: visados

Paso fronterizo de entrada: Pendzhikent (30/5/09)

Dónde obtuve el visado: Tashkent (Uzbekistan)

Coste del visado: 100 USD (77 € aprox)

Requerimientos extras para el visado: LOI (letter of invitation) y permiso GBAO (Gorno Badakhshan Autonomus Oblast)

Coste adicional: 75 € (45 LOI y 30 GBAO)

Observaciones sobre la obtención del visado y paso fronterizo de entrada: Auténtico robo. El GBAO es un permiso especial para circular por el Gorno Badakshan. Lo tramitamos todo con STANTOURS (ver Uzbekistan). Para la LOI han tardado 3 semanas, para el GBAO más de un mes. En Tashkent, justo al lado de la embajada hay una agencia que por 35 USD te la gestionan (te hacen la LOI). Entrada al país rápida y sin complicaciones

Paso fronterizo de salida: No recuerdo el nombre pero es por la Pamir Highway

Coste a la salida: No

Observaciones sobre el paso fronterizo de salida: Salida rapidísima, salimos hacia el infierno de barro.

BAM-I-DUNYA (TECHO DEL MUNDO)

“La llanura recibe el nombre de Pamir, y lleva unos doce días atravesarla, encontrando a tu paso nada más que un desierto sin personas, animales ni plantas. Es por esto que el viajero se ve obligado a llevar consigo todas las provisiones que pueda necesitar para la travesía.

La región es tan fría e inhóspita que ni siquiera se ven pájaros en el aire.

Y debo advertir también que debido a este horrible frío, el fuego no arde con la fuerza ni da tanto calor como de costumbre.”

MARCO POLO

“Descripción del Mundo”

(Traducción libre de Cyclotherapy)

LA VERGÜENZA DEL PELOTON.

Cuando dentro de cien años, la Iglesia Católica proceda a nuestra beatificación, uno de los milagros en nuestro haber será haber atravesado Tajikistan a bordo de nuestras humildes bicicletas híbridas a las que el resto de biciviajeros miraba con pena (la mayoría montaba potras por encima de los 2000 euros). Moviendo un desarrollo idóneo para recorrer Las Landas francesas, pero una tortura en las rampas por encima del 8%. Con los sacos de dormir infestados de pulgas. A punto de contraer el eskorbuto a causa de la deficiente alimentación. Sufriendo todo tipo de dolores musculares y afecciones cutáneas debido a la falta de higiene. Al borde de la hipotermia en muchas ocasiones….

Bueno, jeje… exagerando un poquillo, pero aunque a veces ofrecíamos una imagen patética, nunca bajamos los brazos (o las piernas) y contra todo pronóstico, atravesamos los Pamires sin perder la moral. Reírnos de nosotros mismos y de nuestros dolores ha resultado ser la mejor medicina para los momentos de puta miseria.

Es por ello que llevamos con orgullo el hecho de ser la vergüenza del gremio ciclista.

GORA GU TA GUTARRAK!!!!!

ACLIMATACION A LA ALTURA

Uno de los mayores temores del pelotón era la aclimatación a la altura. Una cosa es estar en altura y otra encima, pedalear. Sin embargo el planning ha resultado un éxito y ninguno de los integrantes de Cyclotherapy ha resultado golpeado por ese mal que en Sudamérica llaman soroche y que nosotros conocemos como mal de altura. La receta es fácil. Ir durmiendo cada vez a más altura, beber mucho líquido, a poder ser agua o té, y cuando llegamos a 3500 m nunca dormir 500 m más alto que la noche anterior. Poco a poco el cuerpo se hace y ya no hace falta tomar estas precauciones tan a rajatabla. A 4600 m no estábamos mal pero nos notábamos con poco aire, cansados y desde luego sin ganas de bailar una riancheira.

COMIDA TAJIKA VS COMIDA UZBEKA

La comida tayika es simple y muy básica. Y en los Pamires aún más. Lo que le diferencia de la uzbeka es que al menos es más sana y no es tan grasienta, cosa que es de agradecer. Las sopas son el plato estrella. Le ponen una patata, una zanahoria, una cebolla y un cacho de carne, a veces se puede hasta masticar. Cuando encontramos comemos goulash, un plato compuesto de macarrones, arroz y carne. El chai (té) nunca falta. Lo que nos ha salvado en muchas veces en las que no había NADA para comer han sido los huevos fritos. Al menos huevos no faltan nunca.

ASALTO CON NOCTURNIDAD Y ALEVOSIA

Alrededor de las cuatro de la mañana, nos despertamos sobresaltados. Hay alguien en la habitación que está rebuscando en nuestras bolsas.
Encendemos los frontales y no vemos a nadie, pero hay una alforja que ha adquirido vida propia y se mueve violentamente.
Abrimos la alforja y sorprendemos en su interior a un ratón de considerables proporciones pegándose un banquete de frutos secos.
Al vernos, nos mira con pereza, mastica el último cacahuete y se vuelve a su ratonera sin darse mucha prisa.

CHECKPOINTS

En Tajikistan, como en toda Asia Central, la cuestión del control es una religión. Ser policía o militar significa optar a un dinerillo extra cada mes. La policía sigue siendo extremadamente corrupta, al igual que los militares. No todos, claro. Hay controles de carretera y los locales pasan por caja sin ningún disimulo para poder continuar sin problemas. Los extranjeros debemos “registrarnos” cada cierto tiempo en controles situados estratégicamente. Debemos enseñar el pasaporte y decir a dónde nos dirigimos. A nosotros también nos han pedido dinero pero optamos por el truco de hacerte el riojano y poner cara de Chiquito de la Calzada (I can de mor). Nunca pagaremos.